Cuando hablamos de abrir las puertas de la escuela, de dejar entrar la vida de fuera de sus muros, hay momentos que siempre son especiales y que se cuelan inevitablemente en nuestra aula.
Eso sucedió el miércoles pasado cuando Cuarte amaneció con una capa de nieve...
¡ no podíamos creérnoslo!
Algunos peques como Celia ya nos traían la nieve en un bote para poder tocarla y sentirla, pero nosotros no podíamos evitar ir hacia la cristalera cada vez que podíamos
¡que bonitos los montes de Cuarte nevados!
A la hora del recreo no podíamos salir al patio ya que entre la nieve y la lluvia estaba todo el recreo encharcado.
Sin embargo de uno a uno nos colocamos los abrigos, salimos a tocar la nieve y antes de entrar podíamos dejar una bola de nieve en la bandeja.
¡Yoly, Yoly!! tengo las manos heladas
Pero nos encantó la sensación y nos reímos mucho
Y además aprovechamos para hacer un pequeño experimento y nuestras primera hipótesis...
¿Que pasará con la nieve cuando la dejemos en clase?
Un día divertido y especial porque está claro que en Cuarte...¡no nieva todos los días!
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